El mundo está loco, loco, loco. O al menos esa es a la conclusión lógica a la que llegamos todos cuando nos enteramos de que un hombre de pelo en pecho se ha casado con Nene Anegasaki, su novia… virtual del videojuego Love Plus.
Lo juramos. El hombre apareció en una iglesia de Guam con la DS y el cartucho, y el cura no debió tener más remedio que casarles. El 22 de Noviembre, este hombre repetirá su ceremonia en Japón, y no solo ha invitado a todos los medios posibles, sino que se retransmitirá en directo.
No es de extrañar: La locura por Love Plus en Japón está llegando a unos puntos inconcebibles. Hace algún tiempo os hablamos del juego, un simulador de noviazgos que es capaz de decir tu nombre y en el que tienes que llevar a tu chica a una cita, invitarla a cenar y un largo etcétera. El problema es que hay japoneses demasiado solos en la vida, capaces de coger una mesa para dos en el restaurante más prestigioso de Tokyo y poner su DS delante o pagar dos entradas de cine invitando a su querido cartucho de Love Plus. Lo peor es que no nos estamos inventando nada de esto: El propio Goichi Suda alucinó al ver con sus propios ojos cómo ocurría lo del cine. Al menos no se besaron, aunque sería posible. Y es que Love Plus no solo tiene un tutorial para aprender a besar (podéis verlo abajo), sino que tiene unas citas aparentemente hiper-realistas y ayuda a crear la ilusión de noviazgo de una manera tan enfermiza que nadie, ni la propia Konami, se lo esperaba. La novia, entre otras posibles pruebas (dependiendo de cómo vaya tu relación) puede pedir al novio que diga cien veces “te amo” o que se besen con pasión allá donde estén. Ni las novias más exigentes. Gracias a Internet, podemos ver el transcurso de una cita y el modo “tiempo real” (donde tu novia y tú no tenéis un tiempo límite de juego y podéis andar o hablar indefinidamente) e intentar entender por qué este juego está siendo el fenómeno social que está siendo en Japón. Gracias a dios, nunca lo veremos en España. Y es que el mundo está como una puñetera cabra. Vía