Parece que, a poco que no se digan maravillas estratosféricas de Killzone 3, uno es acusado de troll, odiador de las consolas de Sony, Satán, nazi y otras cosas aún peores, por lo que me gustaría decir que con su demo me lo pasé pipa, que sus 3D resultaban alucinantes y que supe en todo momento lo que tenía que hacer.
Tristemente, no fue así. No me miréis mal: Yo fui de esos que bostezaba con la segunda parte. A Killzone 3 se le ven fácil y rapidamente sus puntos positivos: Gráficamente impresiona, su concepción de niveles es excelente y algunas de sus pantallas son enérgicas y adrenalíticas, pero formo parte de esa porción de público que necesita algo más que un impacto visual para acercarse del todo al juego.
Killzone 3 no lo tiene, y se nota. Siempre con perdón a los fans del género. De veras.Y es que viendo la que está cayendo en otros lugares a aquellos críticos con esta versión jugable, parece que lo más normal es pedir perdón por expresar tu opinión y esperar que un ejército de fans no te acribillen a razones. Pero, ¿qué esperan que digamos? Las 3D no se notan en absoluto ni aportan nada al juego (de hecho, despistan más que otra cosa), la parte de historia que jugamos fue inexistente (lo que no quiere decir que no haya más adelante) y lo que es el juego… buf. Empezamos la demo en un avión, junto con nuestros compañeros, disparando a otras naves. No es nada que no hayamos visto antes pero nos lo podemos pasar más o menos bien con los típicos movimientos de cámara bruscos y los disparos certeros (que hacen que tiremos naves en cuestión de segundos). El problema es que al llegar a tierra, la espectacularidad prometida en los tráilers se queda, bueno, en simple promesa. Killzone 3, en su demo, no es más que un mata-mata, de los de toda la vida. Matar y avanzar hasta llegar a un punto en el que no sabemos qué demonios hacer. Por supuesto, con sus grandes virtudes: El jetpack es todo un lujo y usarlo una gozada, los enemigos parecen haber mejorado su IA… Y, pese a todo, terminas de jugar pensando “Esto ya lo he probado”. Killzone 3 se parece tanto a otros juegos que incluso puede llegar a aburrir un poco. No es que, como decimos, no tenga su parte buena: Simplemente parece un remedo de Killzone 2 en todos los sentidos. Y si muchos fuimos críticos con esta segunda parte… ¿qué le hace pensar a Guerrilla que vamos a ser benévolos con una tercera practicamente igual a la anterior? De momento, tengo mis reservas. A pesar de que parezca pecado no tener un descomunal, insano e injusto hype con este juego. Leer más sobre Killzone 3
