[Impresiones] Gran Turismo 5, la obra maestra sin alma

No soy un amante de la simulación en los juegos de carreras. Quizá es que he sido toda la vida de flores, setas, estrellas y power-ups variados, pero me resultan algo aburridas las carreras de coches con un absoluto y total realismo.

Pues, aún con eso, he alucinado de lo lindo con Gran Turismo 5. No, no he alucinado con su jugabilidad, ni me he divertido como un loco con el juego: Este no es un juego para jugar. Es un juego para observar.En la demo que pudimos probar aparecía la Plaza del Sol de Madrid y sus calles colindantes.

Pero ojo, no estamos hablando de un escenario que se asemejaba a la Plaza del Sol, no: Aparecía la plaza, tal cual, con todos sus establecimientos y pequeños detalles. Y nosotros en nuestro coche, paseando por la capital como nunca antes podíamos haberlo hecho. Con los gráficos que más rozan el realismo total de los que hemos visto hasta la fecha.Gran Turismo 5 es como un buen cuadro pintado por un artista ya versado en la materia: Uno lo observa, lo admira, lo reevalúa, intenta buscarle algún fallo y no puede. No tiene fisuras más allá de los fallos que tenga cada uno a la hora de jugar un juego de coches (ya sabéis: Pegarnos contra las vallas, etcétera). Y, sin embargo, como a muchos cuadros, se le nota la técnica superior pero le falta el alma de los principiantes. Puede que esto sea un insulto y una ofensa para todos los fans de la saga, pero Gran Turismo 5 no me divirtió. Supongo que no es ni siquiera la intención del juego y que poco se puede juzgar por la demo (no olvidemos que este es un juego practicamente infinito en cuanto a modos, carreras, coches y circuitos), pero por momentos me pareció más una demo técnica del poder al que puede llegar PS3 que un juego de carreras divertido y frenético. Gran Turismo 5 es una ventana al mundo: Es jugar con la realidad, o, más que jugar, sentirla como nunca antes en un videojuego. Eso que quede claro: Es obligatorio probarlo y gozar, abrir los ojos como platos y no creer lo que estamos viendo. Sin embargo, ¿seguirá alucinándonos igual después de varias horas de juego? ¿Tendrá algún aliciente para los que nunca hemos sido de Gran Turismo? No quiero ser demagógico: Todo el que esté convencido de que GT5 le va a gustar, terminará encantado con el juego, porque da exactamente lo que promete. El resto, los que nos divertimos más con Mario Kart que con los clásicos juegos de Fórmula 1, nos quedaremos calladitos sabiendo que, por mucho que nos parezca un juego algo falto de chicha, es una de las mayores obras maestras que nos dará esta generación. Leer más sobre Gran Turismo 5