Seguimos hablando con Cory Doctorow. Ahora tratamos el tema de las redes sociales en Internet. – He leído una entrevista en su portal donde hablaba de su mala relación con la mensajería instantánea. ¿Cual es su opinión respecto las redes sociales? “No las utilizo mucho, Twitter es la que uso con más frecuencia.
Somos seres humanos y obedecemos a los instintos biológicos como reproducirnos y comer alimentos con alto contenido energético. A veces, estas demandas pueden llegar a ser patológicas. Véase, por ejemplo, las personas que comen demasiados dulces. En un determinado momento en nuestra historia evolutiva nos hemos convertido en seres sociales.
Hemos pasado de vivir nuestra propia vida a fundar comunidades, donde cada uno adquiere una función concreta. Y esto ha creado un nuevo conjunto de problemas que deben abordarse: si confiar, cómo cooperar, cómo moderar el propio comportamiento y, después, cómo comunicarnos. Todo esto lo gestiona la corteza cerebral, un área del cerebro muy grande. Creo que para esta parte del cerebro las redes sociales constituyen una droga muy potente. Es como el azúcar o la pornografía: están en la naturaleza y aunque no sea frecuente, el hombre ha aprendido a producirlas y pueden generar dependencia.”- ¿Cree que el auge de las redes sociales puede dar lugar a nuevos modelos mentales y sociales? “Bueno, creo que hay un aspecto patológico de las redes sociales que tenemos que solucionar de alguna manera. No olvidemos que el azúcar blanco no es el mismo azúcar que obtenemos al comer frutas. Del mismo modo, hay que asumir que una red social no se corresponde con la sociabilidad del mundo real. En la vida cotidiana cuantificamos y cualificamos relaciones: amigos, casi amigos, gente a la que no amamos pero que fingimos amar… Hay muchos matices que una red social no puede y no sabe transmitir. La red social es una base de datos y termina dando una imagen social distorsionada de la realidad. Por eso, con el tiempo, la red social pierde valor. Primero invitas a 20 personas que te hace feliz que formen parte de tu red. Más tarde la amplificas y, al final, tienes una red demasiado grande que no te satisface nada.”- No existe una política pública para educar a las personas para utilizar las redes sociales ¿Qué te parece?“Bueno, yo creo que realmente no hay necesidad de una política pública de educación social pública, es algo que se aprende de forma natural. La historia de las redes sociales consiste en que todos nos suscribimos a un servicio y, a continuación, como el grupo de amistades se intoxica, lo abandonamos. La red se va a la quiebra y nos trasladan a otra parte para empezar de nuevo con un pequeño grupo de verdaderos amigos que sea de un tamaño aceptable. Pero incluso entre estos veinte amigos de confianza, puede haber alguno que no sea realmente social. Alguien con quien en la vida real solo mantienes limitados intercambios pero que en la vida digital acaba por estar muy cerca de tí. Porque no existen medios para expresar una relación tan compleja y matizada como la condición de amigo. Lo que sería interesante sería enseñar a la gente lo que ocurre cuando su información personal se recopila, mostrarle que este es un proceso irreversible. Y la mejor manera de enseñar el valor de su información personal no es ponerse en contra de la red social si no, más bien, reformar el Gobierno para que se recoja información personal sólo cuando sea absolutamente necesario y para que, a continuación, esta se trate con el debido cuidado. En caso contrario, si el gobierno recoge datos indiscriminadamente, terminan apoyando el mensaje de que esta información no tiene valor. Entonces, no puede sorprendernos que la gente ceda toda su información a las empresas comerciales privadas, instituciones que no están sujetas a determinadas normas que van a favor del interés público de los ciudadanos”.Fotografía