Apple aún no lanza su mini-portátil fuera de Estados Unidos, pero igual el dispositivo se está vendiendo, y con mucho éxito, en varias partes del mundo. En Asia y en Latinoamérica los consumidores ya tienen acceso a él —aunque a precios muchas veces despiadados.
El “mercado gris”, es decir, la venta en establecimientos legales de productos importados “por los caminos verdes”, ofrece decenas de miles de iPads en todo el mundo; y no os hablo del tío que viaja a Estados Unidos y se trae un par de equipos para venderlos en un sitio de subastas, sino de un negocio estructurado y súper rentable.En la ciudad taiwanesa de Taipei, por ejemplo, abundan las tiendas de electrónica que a estas alturas han vendido cientos de iPads.
Y se trata del dispositivo original, no de las falsificaciones chinas que se han ido regando por Asia, como la del MacBook Air o la del móvil BlackBerry. Los iPads que se están vendiendo son de la versión WiFi, pues la 3G no ha sido lanzada ni siquiera en Estados Unidos, y además muchas veces podría resultar ser incompatible con redes de otras latitudes. El modelo 16 GB cuesta 800 dólares en Taiwán, mientras que en cualquier tienda estadounidense se consigue en 499. A los iPads de 32 GB y 64 GB también les están ganando unos 300 dólares.En Perú, la tienda Ripley de Lima la semana pasada puso a la venta 50 unidades del iPad de 16 GB. Y los está vendiendo a 1.050 dólares cada uno. A pesar del desvergonzado sobreprecio, los propietarios del negocio ya han tenido que volver a Estados Unidos para traer un nuevo lote. Entretanto, a la empresa iStore –el representante oficial de Apple en ese país suramericano– no le queda más que protestar, y amenazar con que estos dispositivos no recibirán servicio técnico. Pero según las leyes peruanas, los importadores no están cometiendo un delito.Un analista de la industria de las telecomunicaciones ha dicho a la revista PCWorld que este fenómeno no es nuevo. En 2007, cuando fue lanzado el iPhone, apenas la mitad de los teléfonos vendidos en los primeros meses fueron registrados con la operadora estadounidense AT&T. Muy probablemente, los demás móviles acabaron siendo vendidos en el extranjero, opinó Allen Nogee, un consultor de la empresa americana In-Stat.Muchas de las tiendas en Asia y Latinoamérica compran los dispositivos a compañías con sede en Estados Unidos, las cuales se dedican precisamente a exportar gadgets que no serán lanzados pronto en otros países. Apple no tiene cómo frenar la exportación de sus productos antes de tiempo, y la verdad es que tampoco la empresa parece muy interesada en renunciar a estas ventas. Después de todo, esto permite que sus productos lleguen a mercados que, para la manzanita, son bastante secundarios.Vía