Enterrado en Estocolmo bajo una capa de tierra de 30 metros se encuentra uno de los datacenter más peculiares del mundo. Gestionado por Bahnhof, un ISP sueco, este particular datacenter se encuentra situado en un antiguo búnker nuclear de la guerra fría.
La estructura es tan sólida que podría soportar sin problemas el impacto de una bomba de hidrógeno. Sus generadores de luz provienen de unos submarinos nucleares, y simula a la perfección todas las condiciones meteorológicas de la vida real para que sus empleados se sientan como en casa.
Luz solar, cascadas, vegetación… en fin, de todo. Se le conoce como el ordenador de los malos de las pelis de James Bond, a raíz de que el año pasado saliera en un periódico un comentario que decía que estas instalaciones serían perfectas para los malos de las películas del espía británico. Vía