Aunque Microsoft sea una compañía con beneficios de miles de millones de dólares, se preocupa por los costes de construcción de sus centros de datos, y mucho. La compañía, acostumbrada a gastar unos 500 millones dólares como mínimo en sus instalaciones de data centers, ahora intentará reducir los costes de sus nuevas inversiones a la mitad, unos 250 millones de dólares.
Como objetivo se plantean usar nuevas estrategias de administración de energía y rendimiento, y vistos los últimos avances tecnológicos del sector no creo que les sea tan imposible. Los nuevos centros de datos de Microsoft serán instalaciones al aire libre, con estructuras de servidores en contenedores externos.
De este modo, podrán expandir la infraestructura en módulos, añadiendo o suprimiendo contenedores y adaptándose así a sus necesidades. Fotografía