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La Dirección General de Tráfico (DGT) ha decidido tomar medidas más estrictas contra aquellos que avisen sobre la existencia de controles de alcoholemia y drogas a través de redes sociales y aplicaciones de mensajería.
Esta decisión se enmarca dentro de un esfuerzo por reducir la siniestralidad en las carreteras y garantizar la seguridad vial. El director de la DGT, Pere Navarro, ha calificado estas alertas como «un disparate» y ha subrayado que no tienen sentido, ya que permiten que conductores bajo los efectos del alcohol eludan los controles y pongan en riesgo la vida de otros.
El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, ya había anticipado la intención del Gobierno de perseguir penalmente estas prácticas. La DGT está trabajando en una normativa que prohíba la difusión de información sobre controles de alcoholemia. Esta medida busca disuadir a los conductores de arriesgarse a conducir bajo los efectos del alcohol, lo que podría resultar en accidentes fatales. La DGT ha observado una disminución en la siniestralidad desde que se anunció la reducción de la tasa máxima de alcohol al volante a 0,2 gramos por litro de sangre, lo que indica que la concienciación pública está teniendo un efecto positivo.
Además de las sanciones por avisar sobre controles, Navarro ha destacado la necesidad de abordar el problema del uso excesivo de vehículos en las grandes ciudades. Actualmente, el 85% de los coches en circulación están ocupados solo por el conductor durante las primeras horas del día. Esta situación no solo es ineficiente, sino que también contribuye a un aumento en las emisiones de gases contaminantes. La DGT está promoviendo el uso compartido de vehículos como una solución viable para reducir el número de coches en las calles, lo que podría resultar en una disminución del consumo de combustible y de la contaminación ambiental.
El Congreso aprueba hoy la nueva ley de tráfico, por la que no se podrá sobrepasar los 20 km/h para adelantar, ni tener un detector de radares.
La DGT podría permitir a los jóvenes de 16 años conducir con un nuevo carnet. La propuesta ya funciona en países como Portugal, Italia y Francia.