Las llantas han pasado a ser un elemento estético de primer nivel en los coches. Cuándo más, si se trata de un vehículo de lujo como los modelos de Audi. Estos días el fabricante de Ingoldstadt está presentando la nueva tecnología Durabright que ha incorporado a sus procesos de aleación ligera.
Una llanta ligera aporta agilidad y prestaciones deportivas, pero también es un elemento de seguridad. Por esta razón los controles de calidad a los que se someten estos componentes son tan rígidos como los que sufre cualquier otra parte del vehículo.
Los ingenieros de Audi supervisan desde el proceso de diseño en el ordenador, hasta el momento en el que llegan al cliente. Para cumplir con los rigurosos requisitos, una llanta de aleación ligera debe superar una amplia secuencia de exámenes de material, superficie y resistencia. PUBLICIDADPUBLICIDADSe las somete, por ejemplo, a un examen radiológico, que es la única manera de encontrar fisuras o anomalías internas en su estructura. También pasan por un simulador de fuerzas G, que reproduce las torsiones a que se someten en las curvas. En el test de corrosión se las somete a un baño ácido y a elevadas temperaturas durante 240 horas. En la foto pequeña, para que os hagáis una idea, podéis ver un simulador de suspensiones de Opel.Los exámenes se completan con un control de impacto de piedras y pruebas que miden la resistencia a diferentes agentes químicos. Por añadidura, ahora la nueva tecnología Durabright consigue que la superficie repela la suciedad hasta tal punto que basta con agua y jabón para limpiarla. Bastante cómodo para los usuarios más pulcros, os lo aseguro.Además, Audi ofrece varias posibilidades de personalización de las llantas que van, desde elaboración especial en plateado estándar y High-Gloss (brillante), con pulimento y pintura transparente, hasta superficies pulidas en combinación con pintura de contraste con un efecto bicolor. A partir de ahora, seguro que os fijáis todavía más en los zapatos de cada coche, ¿o no?Vía
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