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General Motors anuncia su plan de reestructuración para Opel

La automovilística estadounidense General Motors ya ha anunciado el plan de reestructuración para su filial Europea Opel, después de que finalmente se quedará con la alemana tras el intento fallido de la venta a Magna. La intención de GM pasa por reducir aproximadamente en una quinta parte sus 50.000 trabajadores europeos, de los que la mayoría afectarán a Alemania.Después de una reunión con los sindicatos, el jefe provisional de GM Europa, Nick Reilly reveló que alrededor del 50 a 6% de la reducción de empleo propuesta para Opel proviene de Alemania.

Según un informe emitido por Autonews, GM recortará unos 2.500 puestos de trabajo en la sede de Opel en Ruesselsheim. Esto incluye 1.300 puestos de trabajo en la administración, 862 en la producción, más 548 en el centro de ingeniería y desarrollo.

La fábrica de Bochum también se verá afectada, con 1.799 despidos. Las fábricas de Eisenach y Kaiserslautern perderán 300 puestos de trabajo cada uno.España tampoco se salva de los despidos. En la planta que la filial europea de GM Opel tiene en Figueruelas (Zaragoza), se prevén unos 900 despidos de entre un total de 7.000 empleados de que dispone la fábrica. Pese a todo taodavía hay algunos sindicatos que mantienen un optimismo, aunque moderado, puesto que GM siempre ha señalado a Figueruelas como una planta clave para sus planes de futuro. El Amberes, Bélgica, la planta de producción se encuentra aún en riesgo, y es que GM todavía está analizando las opciones disponibles. La fábrica emplea a 2.321 trabajadores y General Motors trata de decidir si cerrar operaciones por completo o comenzar la producción de un pequeño SUV y sólo eliminar de este modo 750 puestos de trabajo. Mientras, en el Reino Unido, la planta de Luton podría perder 354 empleados.Las plantas más afortunadas en esta reestructuración que el fabricante de automóviles americano quiere cerrar antes de fin de año para Opel/Vauxhall son las plantas de Ellesmere Port, en Inglaterra, de Gliwice, en Polonia, de Szentgotthard, en Hungría, y la de Aspern, en Austria, donde, de momento no peligran los puestos de trabajo.Vía

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