Dacia participará la temporada 2009-2010 del Trofeo Andros que se desarrolla en circuitos de hielo durante el invierno por las pistas heladas de Francia y Andorra, en la categoría Silhouette. Esta será una prueba de fuego para Dacia que deberá así demostrar la robustez de su nuevo Duster y de todo su recién creado programa deportivo.
Así, estos eventos servirán para mostrar al gran público por primera vez las líneas del nuevo Duster así como sus capacidades competitivas. Las exigencias reglamentarias de esta competición limitan mucho la utilización de elementos tecnológicos excesivamente complejos, que además son demasiado costosos para la mayoría de equipos.
Por ejemplo, chasis, la caja de velocidades y los neumáticos están fijados por el reglamento. Alain Prost será el encargado del bautizo sobre hielo del Dacia Duster, que se presentará oficialmente en el próximo Salón de Ginebra y se comercializará a partir de 2010. Con una línea de carrocería alta y unos pasos de ruedas bien marcados, el Dacia Duster deberá mostrar sus cualidades 4X4 en este trofeo que requiere de una gran habilidad y experiencia por parte de los pilotos. El Dacia Duster en el Trofeo AndrosPara ello, se ha adaptado la carrocería del Duster con grandes superficies acristaladas en la parte delantera y la posición del montante del vano que ofrecen una buena visibilidad frontal y lateral. El Trofeo Andros está reconocido como una de las disciplinas más difíciles del mundo con unos circuitos de hielo, cuyo estado varía repentinamente en función de las condiciones meteorológicas. La conducción del vehículo será un trabajo de precisión que requiere destreza, rigor e ingenio; un terreno en el que Alain Prost lleva años desenvolviéndose a la perfección. Este Dacia Duster ha sido modificado por Renault Sport Technologies para instalarle un chasis tubular y un motor V6 3.0 que ofrece una potencia de 350 CV a 7.500 r.p.m. y suministra un par de 360 Nm a 5.500 r.p.m. Por necesidades de este tipo de conducción, el motor se ha alojado en la parte trasera. También se ha rebajado considerablemente la altura al suelo y aligerado al máximo el conjunto para utilizar los lastres –hay un peso mínimo de 950 kg- para reducir la inercia polar.