El año pasado, Ken Block logró una de sus hazañas más sonadas al ponerse al volante de un snowcar TRAX STI. A muchos os darán envidia las aventuras de este piloto por la potencia de los coches que usa para ellas o por otras razones aunque yo, tengo que decirlo, la que más envidié fue esa.
Y no porque me guste la nieve sino por poder conducir algo lo más parecido posible a un tanque. El sistema de tracción que tienen estos vehículos, por cadena al suelo, tiene evidentes desventajas en cuanto a lo que se refiere al confort y a los consumos.
Sin embargo, todo son ventajas cuando se trata de circular por terrenos sin allanar, vadear pequeñas charcas o circular sobre nieve. La cadena va creando su propio camino, así que no hace falta que éste exista para circular casi igual de bien que por una carretera asfaltada. Esa es, precisamente, la situación de muchos caminos en Cheliabinsk, una de ciudad rusa situada entre las regiones de Ural y Siberia. Rodeados por varios lagos y ríos, además de carecer de infraestructuras, es uno de los lugares más contaminados del mundo. Para resolver los problemas de tracción de los coches convencionales allí se ha innovado un curioso método que explica el señor del vídeo de más abajo. Allí lo que sobran son cadenas de tanques puesto que la región es el principal centro productivo de armamento de Rusia, con fábricas por todas partes. Tanto que en Rusia la llaman “Tanquegrado”. Tampoco la gasolina es muy cara, así que le montan unas cadenas a un Lada Niva y a correr sin preocuparse más por si el coche se quedará atascado en el siguiente charco. Vía