La Tate Modern Gallery es, probablemente, el museo de arte contemporáneo más importante de Europa a pesar de que solo lleva abierto una década.
Precisamente para celebrar este décimo aniversario, entre el 14 y el 16 de mayo han dispuesto uno de sus espacios más emblemáticos (la turbina) para que diversos artistas independientes y organizaciones expusieran allí sus creaciones o performances.
Como siempre, una de las premisas de las muestras habría de ser la interactividad.
En este festival llamado “No soul for sale”, había un único artista español invitado, Martí Anson.
Para realizar su actuación, no se le ocurrió otra cosa que crear una especie de servicio de chófer denominado “Mataró Chauffeur Service” en honor a su localidad natal.
Pero la cosa no acaba ahí, su proyecto ha sido llevar desde la Tate Modern en Londres a los dos comisarios de la muestra en su BMW Serie 7 de taxi desde la City hasta la ciudad catalana y vuelta.
Pasando, eso sí, a través de Portsmouth y Santander que es la vía en la que menos kilómetros se hace.
En cualquier caso, no me quiero imaginar la conversación de Cecilia Alemani y Massimiliano Gioni, los comisarios encargados del evento a lo largo de los casi 1.
500 km que hay de ida y los otros de vuelta.
Es como para decirles: no queríais arte moderno, pues tomad dos tazas.
Martí Anson tuvo la inteligencia de recabar la colaboración de BMW para, al menos, llevarlos lo más cómodos posible.
Performance de Martí AnsonLa cosa no es moco de pavo porque la performance del catalán está dando la vuelta al mundo a través de distintos foros y blogs e incluso BMW lo ha lanzado a nivel mundial como nota de prensa.
En la Tate, el espacio diseñado por Martí constaba de la típica escena española de fin de semana, con las sillas plegables y la mesa junto al coche en eso que los ingleses denominan picnic y para lo que nosotros no tenemos una palabra definida.
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