Quizá, debido a que Toyota no está atravesando por uno de sus momentos más brillantes y Tesla es un fabricante más marginal que pequeño, haya quien se no se tome el anuncio de este nuevo pacto lo suficientemente en serio.
Tesla y Toyota van a intentar cooperar para desarrollar nuevos vehículos eléctricos, así como partes concretas de los mismos, sus sistemas de producción, ingeniería y mantenimiento.
Así, se juntan dos compañías que combinan a la perfección esa expresión inglesa de know how que suele colarse como si significara algo más que experiencia.
La experiencia de Toyota es la del principal fabricante del mundo de vehículos híbridos, con el conocimiento de la red y el cliente que esto incluye.
Los japoneses además son expertos en fiabilidad de esta tecnología y en aprovecharla para asegurarse los trabajos de mantenimiento del vehículo, su verdadero filón.
Tesla está especializado en hacer deportivos eléctricos de altas prestaciones y de autonomía extendida.
Tiene tan buena prensa como los japoneses entre los amantes de la naturaleza y un modelo más barato que el Rodster en la rampa de salida que podría multiplicar su valor.
El acuerdo además se sella con una compra de activos por parte de Toyota por valor de 50 millones de dólares que han llevado a Tesla a desestimar una próxima oferta pública.
“Hemos visto el increíble potencial que tiene la tecnología que maneja Tesla y su similitud al estilo de producción de Toyota (monozukuri).
Trabajar junto con Tesla ayudará a Toyota a aprender a tomar decisiones más rápidamente y así poder pasar a la acción.
Décadas atrás, Toyota también se creó prácticamente gracias a una empresa conjunta”, Akio Toyoda.
Presidente de Toyota.
Traducción libre.
“Toyota es una compañía fundada sobre la innovación, la calidad y el compromiso con la movilidad sostenible.
Es un honor para Tesla tener la posibilidad de trabajar codo con codo junto a Toyota y que esta gran empresa nos haya elegido como socios”, Elon Musk.
Presidente de Tesla.
Traducción libre.
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