Desde finales de los años 90, la estrategia Efficient Dynamics determina el pensamiento a largo plazo en el que se basa todo el trabajo de desarrollo del Grupo BMW.
Así, para los nuevos parámetros de calidad y aislamiento térmico del vehículo y de todos sus sistemas, se hacía necesario construir nuevos centros de pruebas con bancos que todavía no se estaban utilizando en la industria del motor.
Al igual que el fantástico túnel de viento que estrenaron el año pasado, el nuevo centro de experimentación energética es una de las instalaciones clave para el futuro de la marca.
Los ensayos de tecnología energética, o mejor dicho, todo lo asociado a las pérdidas térmicas del motor, se realizan desde hace mucho tiempo.
Además de las pruebas en carretera y en el campo de pruebas, BMW dispone desde hace más de 30 años de bancos de pruebas para estos ensayos.
El EVZ permite por primera vez recrear dentro de un banco de pruebas trayectos de prueba dinámicos bajo inclemencias medioambientales.
De este modo, el EVZ combina la realidad de conducir por una carretera, incluyendo factores ambientales como flujo de aire, temperatura, precipitaciones, radiación solar, humedad del aire e incluso altitud, con las propiedades características de un banco de pruebas: condiciones constantes y reproducibles, requisito fundamental para que los resultados sean comparables.
Centro EVZ de BMWPor primera vez es posible simular casi a la perfección las circunstancias ambientales en el banco de pruebas y, de este modo, analizarlas con mucha más precisión de lo que se hacía hasta ahora.
A excepción de fuerzas verticales, dinámica transversal, movimientos de dirección y viento lateral, todos los factores pueden reproducirse sobre el vehículo durante el trayecto.
Todo ello convierte al Grupo BMW en líder en lo relativo a la simulación ambiental realista en el banco de pruebas.
La realización de recorridos de prueba en todo el mundo supone un elevado coste de planificación y de logística.
Además de prototipos, se desplazan también vehículos de abastecimiento y vehículos taller, así como un completo equipo de ingenieros, mecánicos y otros especialistas.
Todo ello se traduce en gastos y una costosa logística, sin olvidar las emisiones de CO2 originadas por el transporte a larga distancia.
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