Dentro del panorama imaginario predictivo de los gurús de la ecomía del hidrógeno, se contempla a las granjas solares y eólicas, casi autónomas, como una de las grandes posibilidades.
Por supuesto, se habla siempre a largo plazo aunque sería una de las soluciones si, por la razón que fuere, estuviéramos obligados a prescindir de los combustibles fósiles en un breve lapso de tiempo.
No os asustéis, pero hay quien piensa que podrían volver a subir exponencialmente.
Ahora, un descubrimiento de científicos del Instituto Nacional de Tecnología Avanzada de Japón nos acaban de acercar un poco más a ese futuro.
Han dado con un tipo de reacción catalítica basada en el óxido de tungsteno (WO3, en su formulación anglosajona) que proporciona una electrólisis catalítica con unas cantidades de luz solar mucho menores que las hasta ahora necesarias.
Así, han conseguido reducir el voltaje necesario para que se produzca la electrólisis en el agua en un 50%.
La oxidación catalítica produce oxígeno mediante oxidación del agua y la reducción de los iones 2 y 3 que contienen las moléculas de hierro.
La mejora de esta reacción se ha logrado mediante un nuevo método de tratado de la superficie del catalizador con Cesio, gracias al cual se logra multiplicar por más de diez la actividad química a su alrededor.
El proceso es tan efectivo que comienza a realizarse cuando la luz está por debajo del espectro visible en un 19%.
Las implicaciones de un descubrimiento como éste pueden ser revolucionarias, puesto que permitiría generar hidrógeno con un coste energético mucho más bajo que el actual.
Además, este tipo de reacciones tiene una ventaja puesto que parte de la energía que utilizan la capturan directamente de la luz solar que necesitan para que empiecen a producirse.
Esto quizá pudiera permitir desarrollar equipos domésticos de producción de hidrógeno conectados a la toma de agua de la casa y a unos paneles solares en el techo.
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