La historia de Ferrari es apasionante, y más aún cuando se toma en cuenta su trayectoria de la mano con Shell, durante 60 años Ferrari ha sido sinónimo de automóviles de gran rendimiento, tanto en los circuitos de competición como en las carreteras.
Un punto para entender este gran nexo es que el primer Ferrari que salió de la fábrica de Maranello, estaba propulsado y protegido por Shell.
La relación de Shell con Enzo Ferrari comenzó en 1930 y se prolongó las dos décadas siguientes, respaldando su actividad en las competiciones de automovilismo.
Desde entonces, los lazos han continuado destacando en muchas competiciones relevantes y también son la experiencia y los conocimientos de Shell los que dan ese aporte crucial a Ferrari en la pista.
Actualmente, son más de 40 personas implicadas en el desarrollo de producto con Ferrari; desde los laboratorios de Shell y en sus instalaciones repartidas por el mundo, en la base de la Scuderia Ferrari en Maranello y viajando a los circuitos del Mundial.
Shell también suministra a Ferrari el soporte completo de análisis para combustible y muestras de aceite en cada competición utilizando la máxima tecnología.
En el Track Lab de Shell ubicado dentro de uno de los camiones de transporte de Ferrari los científicos de Shell llevan a cabo más de 40 pruebas para el fin de semana con el combustible Shell V-Power y el lubricante Helix de Shell utilizados en los automóviles, para asegurarse de que los pilotos podrán obtener siempre el máximo rendimiento.
El día de ayer, gracias a Shell y Blopies, tuve la oportunidad de visitar un trailer de Ferrari donde se encuentra el Track Lab en el Paddock del Valencia Street Circuit, una pequeña sucursal del “punto cero” en la creación de un combustible sinónimo de eficiencia y alto rendimiento.
En un pequeño espacio, de unos 6 metros cuadrados, crean el combustible que alimenta el motor de los F10, pero este proceso tiene como punto final la transferencia de toda la tecnología, conocimientos y avances al combustible V-Power que ponemos en nuestros coches de calle.
De hecho, conversando con los ingenieros de Shell comentaban que si se llena el tanque de un F10 con gasolina V-Power de 98 (de calle), el monoplaza andaría perfectamente, por supuesto, con menor rendimiento debido a que esta gasolina es general y no diseñada para un solo coche como es el caso de la diseñada en el Track Lab.
El amable personal de Shell explica que, al no poder repostar combustible en carrera, el desarrollo de Shell es completamente distinto, se deja atrás la importancia del octanaje, que el año pasado estaba entre 91 y 102 octanos, y se hace un gran énfasis en que los diversos componentes de la gasolina se ajusten lo mejor posible a cada coche, estilo de conducción, estrategia, circuito y clima, en definitiva, el combustible tiene una huella digital para cada combinación de condiciones.
De las cosas más interesantes que comentó el personal de Shell es que ellos están en todos los circuitos del mundial, transportan el combustible en bidones de 12 litros y realizan análisis constantemente, a la par de las pruebas de la FIA, que impresiona escuchar que piden muestras en cualquier momento y de cualquier lugar, es decir, un técnico de la FIA puede solicitar en cualquier momento un análisis de muestras de los bidones, de los monoplazas y hasta del laboratorio, por ello, todo debe estar bajo control.
En cuanto a los lubricantes Helix, fluidos encargados de mantener los propulsores en perfecto estado cuando giran a 18.
000 revoluciones, también son analizados constantemente para saber el estado de los motores.
Los estudios se centran básicamente en encontrar partículas metálicas, como hierro, aluminio, magnesio y titanio, si los ingenieros detectan una anomalía en estos valores, pueden prdecir un fallo o rotura, de allí la importancia de analizarlos constantemente.
Hacia el final de la visita surgió la duda sobre los costes que implica este increíble despliegue por parte de Shell, la respuesta, aunque no se crea, es que esto no es lo más importante, lo que tiene verdadero valor es que toda la inversión, incluidas 8.
000 horas hombre al año, que se hace con Ferrari tanto en Fórmula 1 como en los coches deportivos de calle, sea aplicado directamente en el desarrollo de los combustibles que distribuye Shell a nivel mundial para coches de calle.
Una lástima que no permitan hacer fotografías, sin embargo, os digo que ha sido una de las experiencias más apasionantes que he visto, muy Ferrari podríamos decir, y Shell, como el ‘alma’ de los Cavallino agrega un plus que la hacen aún más increíble.
Y trasladando esto a la calle, principal objetivo de Shell, encontramos que la gasolina V-Power de 98 cuesta unos 12 céntimos más que la tradicional de 95, os pregunto, ¿no vale la pena pagar un poco más por el combustible de la Fórmula 1?.
Este fin de semana os informaré de los resultados de la Pole Position y Carrera de F1 además de ambas carreras de la GP2, por supuesto, con fotos desde el circuito, sólo posible gracias a Shell y Blopies.