Brabus es conocido por retorcer deportivamente cualquier modelo de Mercedes que se le ponga por delante.
Además, este famoso carrocero alemán, también suele atender peticiones puntuales de sus mejores clientes, de esos que mandan un avión privado y todo un séquito para recoger un nuevo encargo.
En este caso, Brabus se ha atrevido incluso con el modelo más radical de la paleta de Mercedes, el SL AMG Black Series.
Para que os hagáis una idea, los modelos de Black Series fueron de los primeros coches de gran producción en incorporar fibra de carbono de una manera intensiva en su fabricación.
Se suelen entregar descargados por dentro y con el espacio preciso para montar las barras anti-vuelco y el sistema de extinción de incendios.
Así que, parece ser, que había algún bestia con mucho dinero al que esto no le parecía suficiente.
Los alemanes, ni cortos ni perezosos, se pusieron manos a la obra para satisfacer sus exigencias y, por el resultado, parece que lo han conseguido.
Partiendo de la base del Mercedes más potente de la historia, el SL Black Series con 612 caballos, Brabus ha añadido diferentes mejoras al motor, como dos nuevos turbos, nuevos intercoolers bajo un capó con mayor espacio en la parte superior, nuevos escapes y un nuevo mapa de inyección y encendido.
Brabus SL AMG Black SeriesEl resultado es una cifra de potencia de 800 CV manteniendo la estricta normativa anticontaminación Euro IV.
El par motor sube hasta los 1.
420 Nm, aunque se ha limitado a 1.
100 Nm para no entorpecer la aceleración.
Con un peso de 1.
795 kilogramos el SL Black Series modificado por AMG alcanza los 100 por hora en 3,6 segundos y los 200 por hora en 9,8 segundos, con una velocidad máxima de 300 por hora, que se ha limitado a 320 km/h para asegurar la duración de los neumáticos.
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