Mientras el litio sienta los precios de los primeros coches eléctricos, se espera que el precio de las baterías de la actual tecnología de iones de litio baje entre tres y cuatro veces durante los próximos diez años.
En cualquier caso, con esta clase de dispositivos, siempre habrá que dejar espacio a una ingente cantidad de células para poder mover un coche.
Y no digamos ya para dotarlo de una autonomía superior a los 200 km/h.
Así, científicos de todo el mundo andan tratando de buscar nuevos componentes que ofrezcan mayor densidad energética.
Este concepto define la cantidad de energía que puede almacenar teóricamente por cada kilogramo de litio o del mineral que sea.
El problema es que los compuestos a utilizar deben cumplir con unas severas condiciones de estabilidad para poder usarse en la industria del automóvil.
Por esta razón, en principio, es más aconsejable ceñirse a los parecen muy prometedores es el Flúor.
Este mismo año, comenzarán a fabricarse dispositivos con a partir del mineral del que se extrae, la fluorita.
En teoría, la densidad energética de este material puede ser hasta ocho veces la de los iones de litio.
No todo el mundo de las baterías punteras es de litio, aunque en la actualidad son las más potentes disponibles.
General Electric está investigando con el sodio para realizar grandes instalaciones donde almacenar la electricidad de la red general.
También se está trabajando en el zinc para aplicarlo a los automóviles.
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