Los próximos vehículos de exploración que se envíen a Marte tendrán una misión doblemente difícil, primero por lo complicado de amartizaje y segundo porque los actuales han superado todas las expectativas de duración y también de servicio.
De hecho, el día 19 de mayo, el Opportunity batió el record de la Viking 1, que permaneció seis años y 116 días sobre el planeta rojo en los años setenta.
Su hermano gemelo, el Spirit, se perdió el 22 de marzo.
Ya hay un nombre para la próxima generación de vehículo, que de hecho está muy avanzada en su construcción.
Además es un nombre muy bonito: Curiosity.
Se trata de un objeto considerablemente más grande que sus predecesores y que va a mejorar mucho su cualidades todomarcianas.
El Curiosity puede llevar diez veces más carga que el Opportunity, lo que significa más cantidad de instrumentos y mucha más información para los científicos.
Pero aquí el problema clave es conseguir que llegue sana y salva hasta la superficie de Marte.
En los amartizajes previos se utilizó el sistema de airbag para amortiguar la caída, algo imposible con el Curiosity que es del mismo tamaño y peso que un SUV terrestre.
El sistema que empleará será un enorme paracaídas, como el que usaron las viejas Viking de los setenta.
El vehículo dispondrá de unos cohetes con los que amortiguar todavía más y, sobre todo, dirigir la caída hacia el punto programado.
De hecho, se espera que la precisión del amartizaje sea mucho mayor que en el caso del Opportunity.
El lugar escogido será un punto en el que se han detectado numerosos minerales relacionados con el agua.
Los 10 instrumentos que llevará se dedicarán a buscar rastros de la época en la que, se supone, Marte fue un planeta habitable o casi.
La ventana de lanzamiento para esta misión está prevista para entre el 25 de noviembre y el 18 de diciembre de 2011.
Pero para que cumplan su función allá, tendrán que moverse con eficacia sobre la rocosa superficie del Planeta Rojo.
Para ello los científicos han ideado un curioso sistema de seis ruedas gigantes de 20 pulgadas de diámetro, cada una de ellas lleva acoplado un motor eléctrico y tiene un amplio ángulo de giro independiente de las demás.
Esto y una precisa electrónica de guiado y ayudas electrónicas deberán permitir al Curiosity salvar casi cualquier obstáculo allá arriba.
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