Cuando el fundador y socio mayoritario de Tesla Motors, Elon Musk, fundó la compañía lo hizo siendo consciente de que una ley firmada en 1990 por la California Air Resources Borrad que obligaría a todas las marcas a poseer un importante número de coches sin emisiones de CO2 antes de 2020 y cuya aplicación ya debería estar llevándose a cabo por fases.
Doce estados más de EEUU adoptaron legislaciones similares durante los noventa.
Los tradicionales fabricantes americanos perdieron años en la carrera tecnológica querellándose contra esta administración, primero, y apostando por la tecnología del hidrógeno después.
Cuando se dieron cuenta de que sería imposible cumplir con lo establecido con motores de hidrógeno ya era demasiado tarde para desarrollar a tiempo coches eléctricos así que optaron por seguir uno de los subterfugios de la ley californiana.
Dicha norma establece que todo fabricante que venda más de 60.
000 vehículos en California debe construir anualmente un número determinado de coches de cero emisiones (ZEV).
Como sucede con el mundo de la industria, las marcas menos contaminantes recibían una cantidad de créditos que podían ser vendidos a las que más ensuciaran con el objeto, teórico, de incentivar la investigación de las primeras.
Tesla Model SEste modelo, evidentemente, beneficia mucho a marcas como Tesla que se dedica en exclusiva al mercado eléctrico.
Así, por cada Tesla Roadster que se vende en EEUU la firma obtiene alrededor de 5.
000 dólares en este tipo de créditos, un dinero que no paga tributos fiscales y que son beneficios puros para la compañía.
Sin embargo, con todas las marcas desarrollando ahora coches de cero emisiones o híbridos enchufables –con los que también se obtienen estos créditos- la gallina de los huevos de oro para Tesla podría desaparecer pronto.
Hace unas semanas, cuando se destapó toda esta historia, las acciones de Tesla caían en picado aunque sus gestores se empeñen en afirmar que el papel de estos bonos es marginal en el beneficio de su empresa.
Además, el mercado de estos créditos es reducido.
De hecho, se calcula que para 2013, cuando Nissan fabrique anualmente 150.
000 unidades del Leaf en EEUU, ella sola podría engullir todo este pastel.
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Tesla Roadster 2.
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