Los actuales crash test dummies están equipados con docenas de sensores y, sobre todo, una compleja y carísima electrónica que es la encargada realmente de detectar a qué llegarían los daños de ser el muñeco una persona real.
Hasta ahora, sólo había unos cuantos fabricantes para estos componentes en todo el mundo, pero gracias a una nueva clase de software este tipo de pruebas podrían abaratarse y simplificarse considerablemente.
El problema de todo este asunto es que un muñeco de pruebas, debido a la sensibilidad de los instrumentos, a la precisión requerida de la prueba y a la violencia de los impactos a los que es sometido, únicamente puede usarse para entre 3 y 5 crash test.
Esto obliga a fabricar una cantidad considerable de crash test dummies.
El nuevo programa que los diseña se denomina SIMULIA y ha sido desarrollado por la empresa francesa Dassault Sytèmes.
Con la intervención mínima de los ingenieros, el programa es capaz de crear sus propios dummys virtuales y someterlos a una prueba detrás de otra antes de validar susodicha prueba y muñeco para ser testado en condiciones reales.
Con la digitalización del proceso de diseño, las marcas se dieron cuenta de que someter a este tipo de pruebas a sus prototipos virtuales podía ayudarles a encontrar defectos en fases tempranas del desarrollo del proyecto.
Gracias al empleo de esta clase de soluciones se estima que lo que antes se tardaba alrededor de unas cuatro semanas, entre pruebas en ordenador y de campo, ahora se reduzca a cuatro días.
Muchas veces no será necesario siquiera realizar el crash test físico, sin bien dicha prueba será siempre aconsejable, dado que antes o después habrá que pasarla para homologar y certificar la seguridad del vehículo por organismo como EuroNCAP.
Esto redundará en un enorme ahorro de costes para las marcas, primero porque el tiempo es dinero y, segundo, porque el precio de cada uno de los dummies puede superar los 200.
000 euros.
Sin embargo, donde más potencial ofrece esta tecnología es en el acortamiento de los tiempos de desarrollo de un modelo.
Gracias a programas como Abaqus, las marcas están consiguiendo hacer en cuatro o cinco años lo que antes se tardaba siete.
Imaginaos cómo cambian los gustos y tendencias del mercado en todo ese tiempo.
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