Siguiendo su acertada política de contestar a las dudas técnicas de muchos con información, GM ha lanzado una campaña a través de las redes sociales y youtube en la que se explican diferentes aspectos técnicos del nuevo Chevrolet Cruze.
La versión 2011 del principal de los coches que están sacando las castañas del fuego en los resultados globales del grupo ha sido ampliamente mejorada.
Como se vende en todo el mundo, uno de los aspectos que más se cuidan es su durabilidad.
En este sentido, los tratamientos previos al túnel de pintura son siempre cruciales e incluyen toda clase de tratamientos químicos como la cataforesis.
Chevrolet ha pasado más de cinco años desarrollando los procesos y los componentes de la pintura del Cruze.
En el vídeo que podéis ver más abajo se muestran algunos de ellos y salen algunos de sus responsables hablando, por desgracia, en inglés.
En la última parte, se muestra algo de lo que jamás había tenido noticia.
Al parecer, después de gastarse millones de dólares en investigación, en GM piensan que lo de los túneles climáticos como el que tienen algunos fabricantes europeos no resulta tan fiable como la propia naturaleza.
De esta manera, tienen en Florida una granja de chapa donde plantan al sol cada una de sus nuevas creaciones durante 1, 2 y 3 años.
La instalación en la que se trabaja sobre carrocería y chasis del Cruze, en Lordstown, se ha mejorado gracias a una inversión de 114 millones de euros.
En esta línea se imprime una capa de una aleación de zinc sobre la carrocería por electroposición, esto se logra cargando el metal del coche para que absorba las partículas metálicas como si fuera un imán.
Con este material se obtiene además el efecto metalizado.
El proceso tiene una eficiencia de materiales de hasta el 95%.
“Hemos tenido aquí paneles expuestos por más de diez años, al no recibir los microimpactos que se estrellan contra la carrocería de un coche normal, resulta impactante ir a verlos y ponerlos junto a uno nuevo.
A simple vista no se aprecia la diferencia entre ambos, aunque también tenemos un cañón de grava que lanza este material a 30 km/h contra los coches para probar la resistencia de las pinturas”, Maureen Midgley, ingeniero de pintura global y polímeros en GM.
Traducción libre.
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