En alguna otra ocasión os he hablado sobre el problema que afecta a las empresas que se asientan en la República de China en lo que se refiere a su seguridad jurídica, sobre todo, frente a su gobierno.
Esta semana se ha conocido el último y sangrante ejemplo: el fabricante independiente Byd tendrá que pagar una multa de 443.
000 dólares y, lo peor de todo, es que les van a ser confiscadas varias de las fábricas que tienen la provincia de Shaanxi, en el centro del país.
La razón, como casi siempre en estos casos, suena de lo más extraña, pues la denuncia fue cursada por el Ministerio de la Tierra a causa del uso indebido de la misma.
Como resulta evidente, esta semana, las acciones de este grupo han caído ya que ahora tendrá muchas dificultades para cumplir con sus requerimientos de producción a medio plazo.
En EEUU, esta noticia ha tenido una importante repercusión debido a que el conocido multimillonario Warren Buffet posee una participación en la firma.
Al parecer, BYD construyó siete de sus factorías en alrededor de medio millón de metros cuadrados cuyo uso estaba todavía catalogado como agrícola por el estado de Xian, donde se asientan.
Las plantas no estaban completamente terminadas, aunque BYD ya había gastado 149 millones de yuanes en la operación, cuando estuvieran terminadas podrían haber producido alrededor de 200.
000 vehículos por año.
Esta decisión también añade bastantes incógnitas acerca de si BYD podrá o no comenzar a suministrar vehículos eléctricos para el mercado norteamericano y el europeo a partir del año que viene, como estaba previsto.
BYD es el fabricante de automóviles de mayor crecimiento en China, donde sus ventas han subido un 25% hasta el pasado mes de septiembre.
Sin embargo, representantes de la empresa afirman que la multa no afectará a sus resultados ni a sus operaciones.
Eso también suena raro.
En este momento, la capacidad de producción de BYD se ha quedado en 700.
000 unidades, mientras sus ventas globales marchan a un ritmo de 600.
000 unidades.
Tras conocerse la noticia, las acciones de la compañía descendieron en el mercado de Hong Kong un 0,7%, aunque en el balance anual siguen acumulando una subida del 17%.
El propietario de BYD, Wang Chuanfu, comenzó en 2009 a exportar coches a EE.
UU.
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