Al parecer, y aunque fue anunciado como tal, Fisker no pudo llegar a tiempo de tener lista para el Salón de París la primera unidad del Karma producida en su nueva fábrica, adquirida hace unos meses a GM.
Finalmente, una vez visto que no era viable, se decantaron por el grupo finlandés Valmet.
Los primeros Karma se harán en la nueva y supertecnológica firma que también se encarga de construir los Cayman, los únicos Porsche que no salen de Alemania.
El Karma es una maravilla de la técnica sobre el que Fisker ha registrado hasta 70 patentes, únicamente resulta comparable a los modelos que todavía están desarrollando Audi, Mercedes y BMW –sí, y también Lexus- en términos de eficiencia, lujo y prestaciones.
Su sistema de propulsión es similar al del Chevrolet Volt, puesto que tiene un motor de gasolina que actúa únicamente para generar electricidad, aunque en el modelo californiano se ha querido ir mucho más allá.
El Karma dispone de una potencia de 234 CV en su generador, que consigue elevar hasta 408 CV al enviarla a dos motores de 204 CV cada uno.
Con un par motor de 1.
330 Nm disponibles desde muy pocas vueltas y una caja de cambios por variador continuo, las sensaciones del Karma no se parecerán a las de ningún otro coche del mercado.
Además, su paquete de baterías de 20 kWh, le ofrecerá una autonomía 100% eléctrica de 80 km.
Mucho más que cualquier plug-in del mercado y, respecto a la autonomía total, sus 480 km también superan a los de cualquier eléctrico.
Que hay un motor de gasolina ahí debajo produciendo emisiones, sí, pero sólo consume 2,4 l/100 y emite 83 g/km de CO2.
Eso para alguien que se va a gastar unos 60.
000 euros en un coche que además resulta estéticamente rompedor, no debe suponer ningún problema, por muy concienciado que esté ecológicamente.
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