Quizá recordaréis que, hace unos meses, os hable del proyecto X1 de Red Bull.
Se trata de la realización, dentro de un mundo virtual, de un prototipo que no esté restringido de ninguna manera por ninguna de las reglamentaciones vigentes.
Sus únicas limitaciones han sido la tecnología existente y las leyes de la física, aunque después de ver el vídeo de cómo se desenvuelve por un circuito que podéis ver más abajo dudo que pudiera haber cuello humano –Fernando Alonso incluido- que resistiera algo así.
El X1 ha sido creado por Polyphony Digital en colaboración con Red Bull Racing, constructor de monoplazas y líder en su categoría, y Adrian Newey, experto en aerodinámica y genio del diseño de coches de competición, el diseño resultante ofrece mucho más que una estética impactante y revolucionaria.
El Red Bull X1 ha sido el resultado de varias versiones y múltiples modificaciones.
El punto de partida fue un monoplaza con efecto ala, al que se le incorporaron una carlinga de cristal, ruedas carenadas y un potente motor sobrealimentado.
Lo único que no se ha probado ha sido un modelo en el túnel de viento, pero os aseguro que todo los apoyos que lleva podrían ser blandos, duros, móviles o con alas si hace falta.
El coche resultante ofrece unas cifras impactantes: 1.
483 CV a 15.
000 r.
p.
m.
, una velocidad punta de 400 km/h y la capacidad de crear hasta 6 G de aceleración lateral.
Newey propuso emplear la tecnología del ventilador de succión.
La última vez que esta tecnología llegó a la Fórmula 1 fue a finales de los años setenta, y fue prohibida rápidamente: consiste en emplear un gran ventilador para expulsar el aire de los bajos del coche, reduciendo con ello la presión y generando un enorme apoyo aerodinámico.
El problema es que era peligrosa durante los adelantamientos y así los coches corrían demasiado para las posibilidades de la época.
Este rediseño del coche demostró ser de gran utilidad en el circuito, ya que permite al X1 tomar las curvas lentas a enormes velocidades, llegando a generar aceleraciones laterales de más de 8 G.
Las prestaciones resultantes son fruto de la combinación imbatible de baja resistencia al aire, gracias al diseño de la carrocería, la carlinga de cristal y el carenado de las ruedas, de mayor adherencia en giros lentos gracias a los ventiladores, y de mayor estabilidad a alta velocidad.
“El resultado ha sido espectacular.
El concepto clave tras el X1 es la evolución.
Con este prototipo buscábamos ofrecer una combinación óptima de varias tecnologías consagradas en un único diseño integrado.
Si el mundo del automovilismo no se viese sujeto a normativas, este sería el futuro; un futuro al que podemos aspirar hoy en día.
Como ya ha demostrado Sebastian, el X1 combina una velocidad devastadora con una gran maniobrabilidad”, en palabras de Adrian Newey, director técnico de Red Bull Racing.
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