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Tras el verano, la falla más frecuente en los automóviles no es ni el motor ni la transmisión

Durante la estación estival, los desplazamientos en coche aumentan en España principalmente por dos razones: las vacaciones y las altas temperaturas, que incitan a los conductores a optar por su vehículo en lugar de caminar. En consecuencia, es crucial entender cómo estas condiciones climáticas pueden afectar el rendimiento de los coches, e incluso los problemas que pueden surgir posteriormente.

Numerosos componentes del automóvil, como el motor, el turbocompresor o los frenos, se ven especialmente afectados durante los meses estivales. Con el aumento de las temperaturas, la batería del coche también puede verse comprometida. Las temperaturas extremadamente altas contribuyen tanto al desgaste acelerado de la batería como a un riesgo aumentado de fallos mecánicos.

Sin embargo, muchos conductores desconocen que es en el otoño cuando la mayoría de los problemas con la batería emergen, siendo una de las averías más habituales en la carretera.

Los problemas de las baterías del coche en otoño

El calor excesivo causa un desgaste acelerado de la batería y una mayor probabilidad de sobrecalentamiento, especialmente si se tiene en cuenta la cantidad de tiempo que el vehículo puede pasar en carretera o estacionado al aire libre.

La combinación de este sobrecalentamiento y la cantidad de kilómetros recorridos durante el verano, resulta en que las baterías no puedan operar a máxima capacidad cuando las temperaturas bajan y llega el otoño. Esto puede provocar fallos, por lo que a partir de septiembre es esencial prestar especial atención a la batería para detectar posibles daños y prevenir quedarse varado en la carretera.

Para prolongar la duración de tu batería de coche evitando que el ácido se seque rápidamente, es esencial mantener tu vehículo en una temperatura ideal. Una forma eficaz de hacerlo es garantizando que estaciones tu coche en una ubicación con sombra, como un estacionamiento, o si no hay disponible, busca una plaza de aparcamiento a la sombra. Asegúrate de utilizar el aire acondicionado (pero sin abusar) y abrir las ventanas para que el aire circule por el interior del coche.

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