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El recorrido de la Vuelta Ciclista a España 2024 por Portugal: descubriendo los pueblos más encantadores e intrigantes de la ruta

El verano del 2024 será recordado por su marcado carácter deportivo, a causa del encadenado de eventos como el Tour de Francia, la Eurocopa, los Juegos Olímpicos de París, los Juegos Paraolímpidos y la Vuelta a España, iniciada durante el último fin de semana.

La competencia arrancó con una carrera contrarreloj en Lisboa, pero estaría llegando a suelo español el martes.

Las primeras tres etapas de la Vuelta se desarrollan a lo largo de la costa de Lisboa y el centro de Portugal. Los trayectos comprenden de Lisboa a Oeiras, de Cascais a Ourem y de Lousã a Castelo Branco.

A continuación, presentaremos algunos de los pueblos y sitios más fascinantes que componen el escenario portugués de la competencia.

Oeiras
El primer día de la Vuelta llegó a su fin en Oeiras, un área del distrito de Lisboa. A lo largo de la historia, fue el sitio de vacaciones preferido de varias familias nobles y acaudaladas. Por esta razón, se pueden encontrar numerosos palacios adornando las calles de Oeiras, como el Palacio del Marques de Pombal del siglo XVIII. Asimismo, debido a su ubicación geográfica, Oeiras posee varias fortificaciones en forma de torre que miran hacia el océano Atlántico.

Cascais
Cascais, conocida por sus playas, fue la ciudad de partida de la segunda etapa de la Vuelta Ciclista. Se encuentra en la costa norte de Lisboa, a apenas 40 minutos de la capital. Cascais, una villa de pescadores transformada en un lugar de vacaciones y un destino turístico, es el sitio perfecto para disfrutar de las olas, las concurridas calles del centro histórico y del famoso bacalao.

Sintra

Emergido en verdor, el pueblo de Sintra alberga majestuosas estructuras como el Palacio da Pena, situado en la cumbre más alta de la región. Esta es una de las ubicaciones más preferidas en Portugal debido a sus castillos, con algunos extravagantes y otros rodeados por cuentos de Masones y Templarios, como es en el caso del Palacio Quinta da Regaleira.

Situada en Mafra, su imponente Palacio Nacional, reconocido como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, destaca entre todas sus construcciones. Durante el siglo XVIII, el monarca portugués João V encargó la edificación de esta grandiosa estructura, cuyo propósito era ser un convento.

La villa medieval de Óbidos es conocida por su muralla, erigida entre los siglos XII y XIV, y su castillo. Su entramado de calles empedradas y blancas fachadas resaltan contra el verde de su entorno natural. Óbidos encierra en sí una mezcla de historia, arquitectura y cultura vibrante, gracias a festividades como el Festival Internacional del Chocolate y el Mercado Medieval.

Caldas da Rainha, un tranquilo pueblo ubicado a veinte minutos en coche de Óbidos, es famoso por sus manantiales termales. Su nombre, que se puede traducir como «Los Baños de la Reina», proviene de la admiración por sus aguas curativas de la Reina Leonor de Viseu, esposa de João II en el siglo XV. La reina ordenó la construcción de un hospital y el pueblo creció alrededor del mismo. A lo largo de los siglos XIX y XX, esta localidad fue un popular destino para la nobleza y la aristocracia gracias a sus baños termales. Un dato histórico interesante es que en Caldas da Rainha se refugiaron numerosos exiliados de la Segunda Guerra Mundial.

En Alcoçapa, al igual que en Mafra, destaca un importante edificio. Es el Monasterio de Alcoçaba, un ejemplo notable de la arquitectura cisterciense del siglo XII, que ha sido reconocido como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

Fátima es uno de los sitios de peregrinación más populares del globo. Su santuario se ubica en la parroquia del mismo nombre. Hasta 1917, era un lugar desconocido pero se hizo famoso cuando se reportó que la Virgen del Rosario se había aparecido a tres pastores. La importancia religiosa de Fátima incrementó cuando el Papa Juan Pablo II, un declarado devoto de la Virgen, visitó el lugar en 1982 para agradecer por salvaguardar su vida después de un ataque el año anterior.

El final de la segunda etapa de La Vuelta se ubica en la antigua villa de Ourém. Allí, el centro antiguo está bajo la vigilancia del Castillo de Ourém y alberga edificios de gran antigüedad, como el Palacio del Conde y la Iglesia de la Misericordia, que data del siglo XV.

Lousã es el comienzo de la tercera fase del torneo y es reconocida por su encanto campestre. Este pueblo se encuentra en la Sierra de Lousã, donde varios pueblos de pizarra se dispersan, ideales para hacer una pausa, ponerse las botas y emprender una caminata por los diversos senderos.

El pintoresco pueblo de Castelo de Vide se distingue por su antiguo barrio judío, uno de los más bien preservados en todo Portugal.

Castelo Branco

Al finalizar su travesía por Portugal, la Vuelta llega a una de las ciudades más encantadoras del interior de este país, Castelo Branco. Este lugar se caracteriza por sus calles angostas y cuesta arriba, resguardadas por casas con fachadas blancas y jardines barrocos diminutos. En la cumbre más alta se asienta su fortaleza templaria, perteneciente al siglo XIII, que ofrece unas vistas impresionantes del pueblo.
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